Brexit, the uncivil war,
es una película que nos muestra que la política moderna no es una batalla entre
la derecha y la izquierda sino una pugna entre lo viejo y lo nuevo, entre una
visión abierta y solidaria, internacionalista, y el retorno al mundo de las
fronteras, los muros, el rechazo al extranjero y al enaltecimiento de lo propio
y el desprecio a lo de los otros.
Dominic Cummings, el
líder de la campaña por el leave (salir)
en el referéndum. Cummings simboliza dos cosas: la comprensión de la
frustración de un sector de la población, que se siente amenazado por la
globalidad y la inmigración, y el entendimiento de que las campañas políticas
ahora pasan por el uso de big data, con avisos direccionados al perfil de cada
uno de los votantes.
Dominic Cummings. Un tipo que quiere
darle una vuelta a la manera de hacer política hoy día. Un hombre explosivo,
sin escrúpulos cuando se trata de ganar. Encontró el eslogan que
le llevaría a la victoria en junio del 2016: “Vote leave, take control” (vota
salir, toma el control). El personaje de Cummings
articula toda la película. Es un outsider de
la política, que desprecia a los viejos lobistas y a las prácticas
tradicionales. Su actitud corporal es manifiesta: camisa afuera del pantalón, mochila,
mangas arremangadas, toda una cuidadosa desprolijidad que contrasta con los
trajes cruzados de los políticos de derecha.
Cummings es un genio de
la comunicación política y tiene todos los tics de los genios: es antisocial,
escucha ruidos en su cabeza, se encierra en un armario para escribir y
desprecia a todos sus semejantes. Un nerd, experto en
información, le revela a Cummings el secreto de Internet, que no es otro que
poder identificar las preferencias de los votantes, con la potencia de los big data,
de acuerdo a su actividad en las redes sociales. La propaganda dirigida,
mezclada con alguna cuota noticias falsas puede hacer lo suyo. Tomar el control, conocer
los datos personales de los electores, decirles lo que les gusta escuchar,
bombardear con mensajes que les convienen, aunque sean falsos, forma parte de
las estrategias electorales. En definitiva, mentir con total impunidad, aunque
ello provoque una guerra incivil.
Muy buen dato, gracias por la información 👍
ResponderBorrarMuy buen dato, gracias por la información 👍
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